lunes, 29 de noviembre de 2010

Entrevista a Lola Berthet/ Por Carmela Cabezudo



Lola Berthet tenía que ser actriz


“Nunca tuve un plan B”


Terminó el secundario y fue seleccionada en la Escuela Superior de Arte Dramático, sin estudios de actuación previos. Sus personajes en televisión revolucionan las tiras en las que se encuentra. En su caso el humor no lo estudió, es innato. No existía otra alternativa, la chica de Parque Patricios solo quería actuar.
 

La cara lavada, chiquita, pelo atado y mate en mano. Con una sonrisa amiga abre la puerta se su rinconcito, un mini departamento en Almagro. Está por empezar el clásico de River-Boca. Se ríe de la neblina que hay en la cancha: “Mira lo que es eso, no se ve nada”. Es de independiente pero, le tiene un afecto especial a la hinchada de Racing: “Mi viejo es de Racing, desde chica fui testigo de las múltiples cargadas de hincha sufrido que le hacían, pero él, siempre fiel a su club.” Sigue mirando la televisión, no es futbolera, pero tratar de vislumbrar algo entre la niebla que nubla el enfoque de la cámara le divierte. “Bueno ya está, apronto el mate y empezamos”, dice Lola Berthet.

No lo pensó dos veces. Terminó el secundario y se acercó a la dirección que le había anotado la mamá de una compañera, en papelito recortado a mano que rezaba: Escuela Superior de Arte Dramático. No sabía que se trataba de una prueba donde solo cincuenta de quinientos serían seleccionados.

- Les dije a mis viejos que quería estudiar actuación. Tenía que ser en un conservatorio, no había plata para pagar un profesor particular. Cuando fui a averiguar, me encontré con que había que hacer un examen de ingreso y, que de unos cuantos, solo íbamos a quedar unos pocos.

El día que volvía de la última evaluación con su papá y pensó en la posibilidad de no quedar entre los cincuenta, supo que no tenía otra alternativa.

- Nunca tuve un plan B. Había algo que no me cerraba de una carrera universitaria. No me veía un mes entero tragando libros. Yo jamás había estudiado actuación, pero bueno, evidentemente hubo algo que determinó que yo tenía que ser una de las pocas que entró.

Una mirada y gestos de sorpresa recuerdan la primera vez de todas las veces que empezó a vivir de lo que le apasiona: actuar.

- Estaba cursando segundo año y un amigo que estudiaba en tercero, José María Muscari, me convocó para su obra, Marchita como el día. Después hicimos Mujeres de carne podrida. Era teatro independiente a la gorra, hacíamos tres funciones por noche, yo llegaba a casa a las cinco de la mañana. Nos empezó a ir excelente, no lo podíamos creer.



***

Su porte, sus rasgos y gestos le colocan un cartel luminoso en la frente que dice: Futura chica Almodóvar. Suelta la carcajada y confiesa: “Ese es como un deseo colectivo de todos, pero yo prefiero ser una chica Favio”


- ¿Por qué preferís a Leonardo Favio?

- Amo sus películas, ojo, las de Almodóvar también me encantan. Pero Favio es alguien a quien me encantaría conocer y por supuesto que me dirija. Además yo apuesto mucho al cine argentino y a sus directores. Tuve la oportunidad de viajar a festivales muy lindos en Europa con dos películas que hice (Perro Amarillo y Un día de suerte), uno fue el San Sebastián y el otro el Festival de Cine Hispano en París. Afuera nos admiran mucho, eso esta bueno, te hace valorar el cine argentino.

Por ahora la fantasía de la chica Favio es solo eso, cosa que no es muy valida en su vida: “Prefiero no atarme a fantasías porque no me permiten disfrutar del presente. La vida te cruza con la gente.” La realidad de Lola hoy es mirar muchas películas de terror (para interpretar el código de un nuevo género para el cine argentino), vivir bañada en sangre y jugar a la asesina.

- Voy a protagonizar una película de terror, se llama La memoria de muerto, se va a estrenar en marzo del año que viene. Es una película de bajo presupuesto, con un excelente guión. La dirige Javier Diment y actúan Rafael Ferro y el Puma Goity, entre otros.

- ¿Cómo vivís esta experiencia?

- Me divierte muchísimo, siento que soy una nena de tres años, todo el día empapada de sangre con sierras eléctricas, me agarro a las piñas, la paso brutal. Además de que es un papel que me hizo confiar mucho mas en mi como actriz Siempre le agradezco mucho a este director por enseñarme a disfrutar de mi misma.

Vestirse para un Oscar le aburre así que prefiere que no la convoquen. Los Martín Fierro no le importan, mas allá de haber ganado dos (Actriz revelación 2002 en Son amores y Mejor Actriz de reparto 2007 en La Lola): “No me interesa el jurado que te juzga, ya no van actores a la ceremonia, van figuritas que conservan la sonrisa toda la noche para ganar algún laburo. A mi el medio fuera de la actuación no me interesa por eso sé que también yo soy aburrida para el medio.”

-¿Cómo hiciste para manejar el éxito mediático?

- Me costó bastante adaptarme. Mas que nada cuando hice Los Roldan que explotaba el rating. La gente me tocaba la oreja por la calle, la única que me llamaba por mi nombre era mi mamá, todo el mundo me decía Hilda. Nos inventaban historias a todos los del elenco, yo opté por correrme y entender lo que quería. La actuación me importa mas que el medio. En ese sentido me parezco mucho a mi viejo, para mi es un laburo, voy, hago lo que tengo que hacer y después tengo mi vida.


***

No le gusta hablar de preferencias en cuanto a cine, televisión o teatro. Para dar una respuesta cita un frase de Alfredo Alcon: La tele es plata, el cine carrera y el teatro placer. Pero para Lola existen mas placeres. Desde que un fotógrafo amigo, Sebastián Miquel, le presentó a Milagro Sala, la fundadora de la organización barrial jujeña, Túpac Amaru, Lola colabora y viaja habitualmente a Jujuy.


- Hacía tiempo que venía con una búsqueda social y política muy fuerte y en la organización encontré un lugar. Milagro es una mujer de una fortaleza increíble creó fuentes de trabajo y con la organización ya construyeron mas de mil quinientas casas. Suelo viajar a Jujuy y cada vez que voy me entrego a los abrazos de la gente.

La que va a Jujuy es Lola. También es la actriz de teatro under que trabajaba a la gorra; la que en la tele revoluciona las tiras con personajes de reparto que terminan comiéndose la pantalla; la que ama el cine y hace cine. La misma que abrió la puerta del mini departamento en Almagro: la chiquita de cara lavada, pelo atado y mate en mano, que piensa que el hecho de ser actriz, simplemente estaba escrito.